Acción social

Espacio de acogida para mujeres que sufren violencia machista

Seguridad, escucha, respeto y la oportunidad de una nueva vida lejos de la violencia.

Una visión rápida del proyecto

Acogida a mujeres y familias que han sufrido violencia en el hogar.

  • Quién lo haceCáritas Diocesana de Barcelona.
  • En qué consiste: El Proyecto Marialar da acogida a familias y mujeres en un ambiente de contención, respeto y seguridad en donde pueden cubrir las necesidades básicas. Garantizamos un acompañamiento socioeducativo en un espacio de convivencia grupal, escucha activa y ayuda.

Objetivos

Y retos.

Atender a las personas desde sus necesidades y desde sus propias metas.

Respetar que la persona es la protagonista de su propio proceso.

Respetar el ritmo de las personas.

 

Trabajar a partir de las potencialidades de las personas, teniendo en cuenta las dificultades y carencias que puedan tener.

No juzgar.

Escucha activa y acompañamiento.

Crear una actitud abierta, flexible y respetuosa del equipo educativo hacia las familias.

Fomentar la construcción de relaciones de ayuda entre las mujeres y los niños.

Acciones

Nuestra intervención en detalle.

Casa de urgencias Montseny 

Atiende de manera urgente y acotada en el tiempo (máximo tres meses). Ofrece a las familias la posibilidad de iniciar un proceso de recuperación.

Dispone de 6 habitaciones, con una capacidad de 18 plazas. Existe la posibilidad de pasar a larga estancia, siempre que haya disponibilidad y la valoración por parte de la familia y el equipo educativo sea positiva.

Casa de larga estancia Gavines

Es una casa donde pueden estar entre un año y año y medio. Son unidades de convivencia, para doce mujeres y sus hijos (36 plazas en total).

Está organizado como una comunidad de vecinas que se autogestionan (horarios, comidas, ritmos de la familia), con el objetivo de consolidar la vida tal como lo han llevado en sus propios domicilios o lo que será la normalidad una vez que salgan del recurso.

Uno de los mayores logros del proyecto es ver cómo han podido hacer su proceso de recuperación de violencia e iniciar procesos formativos, laborales. La autonomía económica de no depender de nadie (ni parejas ni instituciones) les haces fuertes y les ayuda a demostrarse a sí mismas que pueden salir adelante y rehacer sus vidas. Si esto va acompañado el poder acceder a un piso para ella y sus hijos es el culmen de su proceso de recuperación.

Muchas de estas mujeres tienen una escasa red de relaciones. La casa favorece la ayuda mutua entre ellas y una vez fuera se buscan, se dan soporte en el cuidado de los hijos y visualizan que no están solas.

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