Casa de acogida Madre del Redentor
Además de ofrecer un lugar para vivir y abandonar la calle, acompaña el desarrollo integral de las personas sin hogar.
El proyecto en un vistazo
- Quién lo hace: Cáritas Diocesana de Córdoba.
- En qué consiste: Atención a personas sin hogar y sin alojamiento digno.
- A quién va dirigido: 419 personas.
La casa de acogida Madre del Redentor permite que cada noche, especialmente en los periodos de más frío, 72 personas no tengan que pernoctar en la calle y puedan cubrir sus necesidades más básicas en la ciudad de Córdoba. Además ofrece atención individualizada para que las personas puedan salir de su situación de sin hogar trabajando aspectos como la salud, el empleo, la afectividad, las adicciones…por lo cual es un espacio de promoción de los derechos humanos. Esta labor es reconocida por las personas participantes, personas voluntarias, entidades públicas y privadas y la ciudadanía que ha podido acceder a las diversas actividades de sensibilización e información que se realizan periódicamente.
Cómo trabajamos
El centro cuenta con dos tipos de servicios:
- Centro de baja exigencia para primera atención muy básica y de urgencia que proporciona atención a las necesidades de subsistencia mediante alojamiento nocturno, cena fría, ducha, desayuno y servicio de ropero. En los espacios de acogida y escucha se atienden además otras necesidades como afecto, identidad, protección… Tiene capacidad para 32 personas.
- Casa de acogida con capacidad para 40 personas. Se facilita alojamiento, alimentación (desayuno, almuerzo, merienda y cena), lavandería, entrega de ropa… La casa tiene disposición de plazas de corta, media y larga estancia. La persona accede a una u otra plaza en función de la necesidad que ella misma plantee, de la disponibilidad y de la decisión del equipo educativo.
Objetivos y logros
Cada año atendemos a 419 personas. La ratio de ocupación del centro alcanza el 85%. A pesar de las necesidades existentes en la ciudad, no se alcanza el 100% de ocupación porque se prioriza favorecer procesos de recuperación algo más largos, pero que permitan no volver a la calle una vez que se abandona el centro.
Todas las personas que han sido acogidas se les ha ofrecido las siguientes prestaciones: alimentación, pernocta, servicio de ducha, lavandería y ropero, además de asistencia social y acompañamientos según las necesidades personales.
La mayoría de las personas nos comentan que se sienten escuchadas y acogidas y que esto les permite iniciar procesos de recuperación, plantearse la búsqueda de empleo, mejorar su situación sanitaria, gestionar ayudas que les corresponden por derecho, retomar relaciones familiares deterioradas o perdidas… Desde la acogida se le informa a la persona de los derechos y obligaciones que tiene al ser acogida, además se le plantea que es responsable de su situación y que nosotro vamos a acompañarles en su proceso respetando sus decisiones. Se han ofrecido talleres cuya finalidad ha sido la participación y el empoderamiento de todas las personas que han querido asistir voluntariamente.
Se han realizado visitas al recurso y a los centros educativos. El hecho de que más de 400 personas hayan recibido sensibilización al respecto y participado activamente en estas actividades y en las relacionadas con la campaña de Personas Sin Hogar hace que se visibilice esta realidad y que sea de interés para el bien común, lo cual es imprescindible para erradicar el sinhogarismo.
Este año 10 personas participantes han trabajado con alumnado de la universidad en un proyecto sobre los derechos humanos que ha culminado en el acto de calle del día de las Personas Sin Hogar y que se ha presentado como una actividad de innovación educativa que ha repercutido muy positivamente en todas las personas participantes.