Canto de Esperanza
Comienza un nuevo curso, y el delegado episcopal de Cáritas invita a todos los agentes a vivirlo con la mirada puesta en la esperanza.
En esta ocasión, me he detenido en el Salmo 12 y os invito a meditar y rezar con él, para abrir el corazón y el horizonte a la esperanza del alma humana que ansía siempre la búsqueda y el encuentro con el sentido de la vida, del ser humano, de su felicidad, de la justicia y de la presencia y cercanía, o no, de lo sagrado y lo divino.
Auxilio
El Salmo, pone de manifiesto algo que ocupa la mente y el corazón del ser humano y que traspasa los tiempos. No sé, si en la actualidad se podría de decir o no, aquello de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Lo cierto es que manifiesta la falta de fidelidad y honestidad entre las personas, se intuye el aislamiento y el egoísmo del corazón y se pide la intervención de Dios y la salvación de los justos. Al tiempo que nos recuerda el carácter misericordioso y esperanzador de Dios, así como la importancia de ser y permanecer fieles en medio de las dificultosas travesías de los tiempos. Nos recuerda que Dios ama a los que siguen sus caminos y se mantienen fieles a él, en lugar de avanzar hacia la destrucción humana.
El ancla de la Esperanza
Al comienzo de este nuevo curso entramos en la fase de preparación del año Jubilar de la Esperanza, me remito a las Palabras del Papa Francisco: “Todos esperan. En el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana. Sin embargo, la imprevisibilidad del futuro hace surgir sentimientos a menudo contrapuestos: de la confianza al temor, de la serenidad al desaliento, de la certeza a la duda. Encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad. Que el Jubileo sea para todos, ocasión de reavivar la esperanza. La Palabra de Dios nos ayuda a encontrar sus razones. Dejémonos conducir por lo que el apóstol Pablo escribió precisamente a los cristianos de Roma `La Esperanza no defrauda´.
La Esperanza es el ancla divina a la que aferrarnos y que no debemos confundir con el sentimiento humano del optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene pleno sentido, y se pone rumbo hacia ello, independientemente de cómo pueda ser el resultado.
Soñar, es dar paso a la esperanza
Cáritas ha de ser, en este sentido, un ancla, una bandera enarbolada al viento, como signo de esperanza para tantas personas que buscan donde aferrarse pidiendo auxilio.
Cáritas ha de seguir buscando, empujada por el viento del Espíritu de Dios, y la brújula de los signos de los tiempos, el norte, aquella línea de horizonte hacia el que navegar porque tiene pleno sentido, porque contribuye a la construcción de un mundo más justo e igualitario para toda persona, un lugar donde tengan acceso a oportunidades y derechos que por bien común, son fundamentales.
Es responsabilidad de todos trabajar juntos para lograr este objetivo y construir un futuro con pleno sentido y asequible para todos.
La travesía exige responsabilidad y complicidad. Exige amor y unidad. Caritas, como Iglesia, en este momento tiene la tarea y la responsabilidad de navegar hacia la recuperación del sentido por la dignidad humana y para ello, remar para ayudar a la sociedad a abandonar esa conciencia aislada, a recuperar la unidad, a crear redes comunitarias, a no confundir la diversidad con la uniformidad y los contrastes con las contradicciones o incoherencias personales; A ser capaces de caminar y navegar unidos con el sentido más profundo de ser “pueblo de Dios”.
Busquemos todos juntos el pleno sentido por anunciar, denunciar y fomentar empleos dignos y de calidad, estables y adecuados a una situación laboral justa y equitativa.
Sigamos protegiendo socialmente, asegurando y garantizando un apoyo adecuado a las personas en situación de pobreza, exclusión y desesperanza.
Promovamos un modelo migratorio justo e inclusivo que garantice los derechos humanos de toda persona sin prejuicios raciales o culturales y apostando por la educación en igualdad e implementando y animando a tomar medidas en las políticas públicas en este sentido y defensa de derechos.
Ayudemos a que se hagan políticas que garanticen el derecho y acceso a la vivienda para aquellas personas en situaciones de vulnerabilidad e indefensión.
Cuidemos los derechos de la desprotegida infancia en situaciones de escasez de protección e inseguridad.
Impulsemos el desarrollo de una economía social y solidaria como exigencia de la caridad fraterna y del bien común de las personas y de la tierra, nuestra casa común.
Caritas ha de ser “cansina e incansable” abogando por fomentar la relación, el diálogo, la interacción y la unidad entre personas y la cooperación internacional como herramienta para abordar los desafíos globales y reducir las desigualdades entre personas y países.
El Amor y la Esperanza
Donde hay Caridad hay Amor. Y donde hay Amor hay Caridad.
¡Cáritas! ¡No dejes de ser un grito de esperanza en medio de la noche
¡Cáritas! ¡Estás llamada a ser un precioso canto de esperanza en medio de la travesía de la vida!
¡Ser el gemido de corazón limpio de los pobres, que descansa siempre en la confianza en Dios y su justicia!
Deseo y espero que todos tengamos un buen curso pastoral, siempre con la Esperanza puesta en quien en Verdad dirige la nave de la Vida y de Iglesia hacia puertos tranquilos.
Foto de Niklas Ohlrogge en Unsplash