Jornada mundial de los pobres
La oración del pobre sube hasta Dios.
«La oración del pobre sube hasta Dios» (cf. Sirácida 21,5)
Esta Jornada es una oportunidad pastoral que nos invita a los creyentes a estar atentos y a escuchar la oración de los pobres, a tomar conciencia de su presencia entre nosotros y de su necesidad.
Las personas más pobres suelen quedar en las afueras de los espacios cotidianos. El sufrimiento, el dolor, la pobreza, incomodan y desajustan nuestro orden personal y social, y tendemos a mirar hacia otro lado, como el que quiere no saber para no tener que responder nada. No verse afectado.
Sin embargo, la propuesta de Jesús a sus seguidores, la comunidad cristiana, es a conocer y tomar contacto con las personas que viven estas situaciones, para dejarnos conmover por el sufrimiento de quienes necesitan ser escuchados, acogidos, vestidos o sanados, tal y como hace el Padre, que cuida y conoce lo que necesitamos cada uno de sus hijos e hijas, porque nadie está excluido de su corazón.
Celebremos esta Jornada en nuestras comunidades y parroquias no como un día más, sino como camino de conversión y crecer en oración, fraternidad y caridad.
¿Qué proponemos para esta Jornada?
Celebrarla en nuestras comunidades y parroquias no como un día más, sino como camino de conversión y crecimiento en oración, fraternidad y caridad.
Abrir ventanas a Dios y al mundo
Inmersos en la sociedad del activismo, la tarea, lo concreto y tangible a veces cobra todo el protagonismo en la misión. Sin embargo, la acción no tiene sentido sola en sí misma si no está acompaña de valores, actitudes, una manera de estar presente en la vida cotidiana.
Orar, hacer silencio interior, la contemplación y la meditación, nos permiten ahondar en el sentido que le damos a todo lo que hacemos. Orar es como abrir nuestras ventanas más allá de nuestras propias necesidades y tomar conciencia de la presencia de Dios en la creación, en nosotros mismos, en los demás y en la realidad en la que vivimos, aprendiendo a entablar un diálogo en el que disponernos a escuchar a Dios presente en todo y en todos, a sentirnos habitadas y habitados por Él.
Abrir ventanas a la esperanza
Esta Jornada es una oportunidad para activar la creatividad, poner en marcha y compartir iniciativas que pueden dar vida y esperanza a los más pobres de nuestro entorno, así como reconocer el testimonio de tantas personas voluntarias que se dedican con pasión y con todo el corazón a los más necesitados.
Abramos los oídos y los ojos a su forma generosa de entregarse, de escuchar y sostener a los más pobres, y juntos aprendamos a expresar agradecimiento al Señor por tanto bien recibido y entregado a través de todos y cada uno de ellos.