Día de Andalucía27/02/2025

Un nuevo Día de Andalucía

Mariano Pérez de Ayala, exdirector de Cáritas Regional de Andalucía reflexiona sobre la celebración del Día de Andalucía y los desafíos a los que se enfrenta nuestra comunidad en la lucha contra la pobreza y la exclusión.

Cuando en los  años de la transición empezaba a diseñarse el nuevo marco constitucional español y el estado autonómico, en Andalucía se generó un amplio movimiento social y político que consiguió movilizar al pueblo andaluz en torno a las ideas de democracia y autonomía. Una de las notas más relevantes de dicho movimiento es que consiguió unir la consecución de una amplia autonomía para Andalucía con la idea de la superación de las lacras históricas que nuestra tierra venía arrastrando desde hacía dos siglos y que la había condenado a un papel secundario dentro de España; lo que algún autor había caracterizado como una autentica “colonia” interior frente a las zonas más desarrolladas del centro y norte de España.

La pobreza, el analfabetismo, la emigración por motivos económicos, las enormes desigualdades, la falta de universalización de derechos y servicios básicos como la educación y la sanidad, aparecían como lacras que había que superar. La consecución de estos ideales movilizó a una gran parte de la sociedad andaluza. El 28 de febrero que celebramos actualmente como Día de Andalucía recuerda esa aspiración en torno a la fecha de celebración del referéndum autonómico, único de los que se celebró en España para que un territorio pudiera acceder a la autonomía plena prevista en la Constitución Española de 1978.

Desgraciadamente muchos han olvidado el por qué de esta fecha o cuales fueron las razones que llevaron a la celebración de un referéndum en ese último día de febrero. Hoy el Día de Andalucía queda reducido a un día de descanso y si las fechas lo permiten la posibilidad de tener un “puente” vacacional y unos actos institucionales cada vez más vacíos y protocolarios, sin apenas participación de la sociedad.

Si miramos la actual realidad de Andalucía a los más de cuarenta años de la celebración del referéndum autonómico, es evidente que se han producido importantes cambios en Andalucía. La lacra del analfabetismo prácticamente ha desaparecido; se ha producido un avance considerable y real en el acceso a la educación y a la sanidad; hoy Andalucía en vez de ser tierra en que amplias capas de su población se veía obligada a emigrar, es, por el contrario, tierra de acogida para muchos que vienen a nosotros  casi por las mismas razones por las que nuestros paisanos se vieron obligados a dejar nuestra tierra.

Sin embargo en la lucha contra la pobreza y exclusión y en la reducción de las desigualdades tanto a nivel interno, como en la que nos siguen separando de otros territorios del Estado español y de Europa, nuestra opinión es muy crítica. Repetidamente los estudios que a lo largo de todos estos más de cuarenta años se vienen publicando señalan tozudamente como los índices de población en Andalucía en situación de exclusión se mantienen constantes con muy pocas variaciones de unos años a otros. Aparecemos siempre en los últimos lugares en comparación con otros territorios de España, en los índices de empleo, acceso a derechos básicos, acceso a vivienda….. etc. Es cierto que se ha producido un crecimiento en términos macroeconómicos, pero ese crecimiento ni ha recortado las  diferencias que nos separaban y separan de las zonas más desarrolladas de España, ni ha servido para disminuir las enormes desigualdades internas que se siguen dando en la sociedad andaluza.

Ayer mismo me hacían llegar una entrevista a un líder vecinal de la zona de Tres Barrios (Pajaritos- Candelaria- Madre de Dios) de Sevilla. Dicha entrevista se publicó en un periódico hace 25 años. Los enormes problemas de desigualdad, marginación, exclusión, fracaso escolar, ausencia de políticas sociales eficaces o la imposibilidad de la población  de esos barrios de un acceso a viviendas dignas que se denunciaban hace 25 años, son exactamente los mismos que hoy se siguen sufriendo en esos barrios de Andalucía que siempre aparecen en los últimos lugares de los barrios más excluidos de  toda España. Todos los que de una u otra manera hemos tenido relación con los servicios sociales y con las políticas de lucha contra la pobreza y exclusión podemos afirmar, no sin cierto dolor, que las mismas son siempre las grandes olvidadas a la hora de distribuir los recursos públicos y que han sido muy escasos las medidas o planes que han dado resultados eficaces a la hora de resolver estos problemas.

La celebración un año más del Día de Andalucía debería reanimar nuestro compromiso con los ideales que animaron a nuestro pueblo a la movilización y recordar que la consecución de una sociedad más justa e igualitaria y la superación de la pobreza y exclusión siguen siendo, no viejos eslóganes, sino horizontes de compromiso que merecen ser defendidos hoy igual que lo fueron en el pasado.