Noticia25/04/2025

Cáritas logró reinsertar en el mercado de trabajo al 20% de las 65.484 personas que acompañó en la búsqueda de empleo en 2024

Celebra el 10º aniversario de su apuesta por una economía que pone el foco en la persona, la justicia social y la sostenibilidad

Seis de cada diez personas en situación de exclusión severa están fuera del mercado de trabajo. La exclusión en relación con el empleo les afecta cuatro veces más que al resto de la población, según la sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales, realizada el verano pasado para el IX Informe FOESSA, que será presentado a finales de este año.

Con el objetivo de demostrar que es posible una economía que tenga en cuenta a las personas, Cáritas celebra este año el décimo aniversario de su apuesta firme por la economía solidaria. A lo largo de la última década, Cáritas ha aglutinado sus acciones de inserción laboral, economía social y comercio justo para demostrar que es posible un modelo económico que priorice el cuidado de la vida y de las personas.   

Gracias a esta convicción, la red Cáritas ha logrado convertirse en una de las mayores promotoras de empresas de inserción de España y un referente dentro de la economía social. En estos diez años, la confederación ha pasado de 45 a 68 iniciativas con 267 líneas de negocio en diferentes sectores económicos. Esta expansión ha permitido triplicar los puestos de inserción social e incorporar al mercado laboral a más de 120.000 personas en exclusión.

Valores de equidad, cooperación y sostenibilidad

“Llevamos 10 años siendo testimonio de que es posible una economía solidaria, alineada con valores de equidad, cooperación y sostenibilidad. Y, dando respuesta a nuestra misión, 10 años reforzando el apoyo a las personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social, con el propósito de facilitarles el acceso a una vida digna y con oportunidades reales de desarrollo personal y profesional”, explica Ana Heras, coordinadora del equipo de Economía Solidaria de Cáritas Española.

Con el objetivo de ayudar a reducir la brecha laboral que sufre parte de la población, Cáritas acompañó el año pasado 65.484 personas en la búsqueda de trabajo. Una de cada cinco personas que participó en algunos de nuestros programas e itinerarios logró reinsertarse en el mercado laboral.

Así lo refleja el informe de Economía Solidaria, que un año más da cuenta -con motivo del Día Internacional del Trabajo- de la actividad desarrollada por la Confederación en un contexto marcado por la precariedad laboral. Una de cada diez personas, a pesar de encontrarse trabajando, está en situación de exclusión social en nuestro país.

Una inversión récord

Cáritas dedicó el año pasado la cifra récord de 144,8 millones de euros a todas sus iniciativas de economía solidaria (programas de empleo, empresas de inserción, comercio justo). La suma es un 5,85 por ciento superior al año anterior (8 millones de euros más).

De ese total, 35,9 millones fueron destinados a itinerarios de inserción sociolaboral, que incluyen orientación laboral, intermediación con empresas y formación y, más de 108 millones a economía social. La economía social, de la que Cáritas es una de sus grandes impulsoras, representa en España el 10 por ciento del PIB.

Las actividades de economía social impulsadas por Cáritas se dedican a sectores comprometidos con el cuidado del planeta como el reciclaje de textil y otros residuos, el aprovechamiento alimentario, la agricultura ecológica, logrando un triple impacto social, económico y ambiental. Estos proyectos generan 3.115 puestos de trabajo, de los cuales 2.564 fueron ocupados por personas en situación de exclusión en 2024.

“Desde Cáritas, vamos a seguir apostando por la economía solidaria, no sólo como opción posible y deseable, si no como un modelo necesario para que todas las personas podamos tener un futuro. Es más necesaria que nunca una economía con valores, una economía que cuida, una economía que recupera su significado de administrar los recursos de la casa común, con justicia y equidad”, apunta Ana Heras.

Bioalverde, una iniciativa de agricultura ecológica

Entre las numerosas empresas de inserción de la red Cáritas en todo el territorio, destaca Bioalverde, una iniciativa de agricultura ecológica impulsada por Cáritas Sevilla en el núcleo urbano de Montequinto (Dos Hermanas). La finca cuenta con 30 hectáreas en las que hay huertos, zona de viveros, un centro de formación y una nave agrícola y de comercialización. Además, dispone de un establecimiento para venta directa de productos ecológicos certificados de la propia huerta y de otros productores de proximidad y de comercio justo con una facturación mensual de más de 20.000 euros. Esta empresa de inserción ofrece contratos de inserción a unas 30 personas en situación de exclusión al año. El otro punto de venta directa se encuentra en el barrio sevillano de Nervión.

En 2018, Bioalverde asumió el proyecto de reciclaje textil que Cáritas inició un par de años antes. Gracias a la participación ciudadana, actualmente, cuenta con 175 contenedores en toda la provincia, que han hecho posible, junto a las recogidas masivas de las Cáritas parroquiales y de otras entidades, la gestión de más de 900 toneladas de ropa recogidas en el último año y la apertura de una tienda de moda solidaria y sostenible en pleno centro de Sevilla.

El comercio justo es uno de los grandes pilares de la economía solidaria. En 2024, la red de comercio justo de Cáritas en todo el país logró facturar a través las ventas en sus más de 18 tiendas y 38 puntos de ventas en todo el país cerca de 563.000 euros. Estos puntos funcionan no solo como lugares de comercialización de productos, sino que generan espacios de sensibilización para que los consumidores visibilicen las personas y procesos que hay detrás de cada producto y contribuyan a fomentar un consumo responsable. Ese el caso de las dos tiendas de Bioalverde en Sevilla.

Perfil de los participantes

El perfil de las personas que participaron a lo largo de 2024 en los distintos programas de empleo de Cáritas se mantuvo similar a años anteriores: la mayoría son mujeres (64%), de más de 45 años (40%), con estudios básicos (34%) o Bachillerato (28%). Las personas procedentes de países no comunitarios fueron ligeramente superiores a las nacionales (58%).

“Detrás de ese perfil se dan multitud de situaciones aisladas o que se suman y que hay que ir superando para lograr el objetivo de inserción laboral. En muchas ocasiones nos encontramos con personas que carecen de competencias digitales, presentan dificultades de aprendizaje, escasa experiencia laboral o muchos problemas de conciliación familiar, además de graves carencias socioeconómicas, dificultades con el idioma y baja autoestima que lleva a la desmotivación”, señala Ana Heras.

“Toda esta realidad -añade- nos obliga a articular una atención integral, muy individualizada, y con una metodología eminentemente práctica, que acelere y facilite el aprendizaje y les ayude a superar las dificultades que les alejan del mercado laboral”.

Ese es el reto con el que trabaja cada año el Centro Diocesano de Empleo de Cáritas Sevilla. Por él pasan anualmente más de 600 personas en situación de exclusión, de las cuales casi una tercera parte consigue reinsertarse en el mercado de trabajo. En este centro las personas reciben formación en hostelería, cuidado de personas dependientes, energía renovable, construcción, mantenimiento de edificios, electricidad, etc.

“Los datos son favorables. Lo vemos en un descenso significativo de las familias acompañadas por Cáritas Sevilla durante los últimos años. Sin embargo, aunque existe una notable mejoría con respecto a la población activa, hay dos perfiles a los que Cáritas Sevilla está prestando especial atención: el de familias de origen extranjero que, pese a tener cualificación y experiencia en muchos casos, no pueden acceder a un puesto de trabajo por su situación administrativa irregular o por la falta de homologación de título que le permita realizar la actividad para la que están formadas. En estos casos, trabajamos desde el acompañamiento en la reivindicación de derechos, además del apoyo formativo para su adaptación laboral. El otro perfil es de las familias cuyos sustentadores tienen una baja formación laboral y viven en una situación de exclusión cronificada, de inadaptación laboral, de falta de habilidades psico personales, desmotivación e incluso de adaptación a las situaciones de exclusión y dependencia de las ayudas”, indica el director de Cáritas Sevilla, Miguel Ángel Carbajo.  

Finanzas éticas

Cáritas apuesta además por un modelo de finanzas que vaya más allá de la rentabilidad económica. El sistema financiero se mueve en función de las decisiones que toman personas que eligen dónde quieren invertir su dinero sin pensar muchas veces en las consecuencias que esa decisión tiene para otras. Por eso, informarse y elegir alguna de las opciones que ofrecen las Finanzas Éticas pueden ser uno de los instrumentos con mayor capacidad de transformación de la sociedad.

Dentro de esta línea de trabajo: 43 entidades de Cáritas colaboran con entidades financieras que hacen compatibles la rentabilidad económica con la consecución de objetivos sociales y medioambientales.

“Cuando nos referimos a la economía solidaria, pensamos en un mercado laboral con valores, en un sistema de finanzas éticas, en un comercio justo y un consumo responsable. Sabemos que el alcance actual de estas iniciativas es insuficiente, casi testimonial, pero evidencia que como sociedad podemos autoexigirnos una ética en todo lo que afecta a la economía. Una economía que escucha, que cuida, que suma y que cambia. Esta es la economía que queremos”, asegura el director de Cáritas Sevilla.  

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