Noticia30/05/2024

Cáritas pone de manifiesto que el escudo social no protege a las personas más vulnerables

Esta mañana tenía lugar, en la sede de la entidad, la presentación de la Memoria de Cáritas Diocesana por parte del Secretario General de la entidad, Ramón Méndez-Navia Gómez, y la responsable del Servicio de Análisis y Estudios, Pilar Díaz Cano. En ella destaca, entre otras cuestiones, un importante incremento de las personas que han requerido acompañamiento, siendo en el municipio de Oviedo donde el aumento fue más significativo.

La acción de acompañamiento de Cáritas se realiza a través de los 126 equipos de Cáritas Parroquiales de Asturias y de diferentes programas de asistencia y acompañamiento: Personas Sin Hogar, Menores y Familia, Empleo y Economía Solidaria, Personas Privadas de Libertad, Orientación Jurídica, Dimensión Universal de la Caridad, Personas Mayores, en los que han aportado su trabajo 1525 personas voluntarias y 89 profesionales

Se han invertido 7.940.360 €, 115.000 € más que en 2022, recursos que provienen de fondos públicos y de fondos privados, con aportaciones económicas de 1036 personas socias y 1194 personas donantes.

A través de las Cáritas Parroquiales se proporcionaron ayudas económicas en 2023 por valor de 1.655.072€. La mayor inversión se realizó en ayudas dirigidas a las necesidades básicas, seguida por las ayudas en vivienda, suministros y otros conceptos.

La realidad observada desde los diferentes recursos asistenciales de Cáritas muestra que el escudo social no alcanza a proteger a un importante número de personas. Esta desprotección resulta de:

  • El incremento de los precios, del coste de la vida hacen insuficientes las cuantías de los salarios, pensiones y prestaciones de las personas para atender a sus necesidades básicas o afrontar algún gasto extraordinario.
  • La escasez de vivienda social, el aumento del coste de la vivienda y los suministros, unido a las garantías exigidas por los propietarios para alquilar una vivienda, comprometen gravemente el derecho de las personas a una vivienda digna, viéndose obligadas a vivir en habitaciones en pisos compartidos, en los que viven incluso varias familias y en muchos casos sin un contrato legal de alquiler.
  • Las situaciones administrativas de las personas migrantes les impiden acceder al mercado de trabajo y durante años se ven obligadas a realizar trabajos ocasionales, sin contrato, mal remunerados y sin coberturas sociales.
  • El complejo abordaje de los procesos vitales de las personas en situación de sin hogar (carencia de recursos, desempleo, enfermedad, pérdida de apoyo social y soledad) y que acaban desestructurando a la persona y reduciendo de forma muy significativa sus competencias personales y su capacidad para participar con normalidad en los diferentes ámbitos ciudadanos. La situación se agrava cuando concurre enfermedad mental de adicción al alcohol o a las drogas.
  • Las dificultades de los hogares, muchos de ellos monoparentales, para la atención de los hijos menores (pobreza material, conciliación, desestructuración…) se ven atrapadas en el círculo de la pobreza, que se reproduce en las siguientes generaciones (TIP)
  • Las dificultades de reincorporación social de las personas que ingresan en un centro penitenciario, con redes de apoyo debilitadas y en situación económica precaria.
  • La soledad y la desprotección de las personas mayores.
Un aumento de las personas en situación de necesidad

En el año 2023, se han acompañado a 758 personas y 266 hogares más que durante el año 2022. La tendencia de crecimiento se mantiene, con un porcentaje de 5,4% y el 6,5% para hogares y personas respectivamente, aunque desciende significativamente el incremento respecto al ciclo 21-22 (18% hogares y 15% personas). El Arciprestazgo de Oviedo es en el que mayor incremento de hogares se produce, suponiendo un 24% respecto al año anterior y casi el 90% del aumento a nivel diocesano. Es decir, del incremento del 5% de hogares en la diócesis, el 90% proceden de este Arciprestazgo, situándose por primera vez por delante de Gijón en el número de atenciones. Este aumento se produce en casi todas las Cáritas Parroquiales. Se entiende que el incremento en hogares y personas en este Arciprestazgo es debido a que la población extranjera sin recursos está accediendo a nuestros servicios de acogida parroquiales.

Hogares atrapados en el círculo de la pobreza

Durante el año 2023, se acompañaron por primera vez un total de 2615 hogares, es decir del total de hogares que acudieron a los servicios de acogida el 50 % de los mismos lo hicieron por primera vez El 64% de los hogares que acuden a Cáritas son personas migrantes. Del total de hogares, en el 68%, el participante de referencia, es decir la persona que acude a Cáritas es una mujer. Los hogares con menores, representan el 39% de los hogares acompañados según los datos recogidos en la Encuesta 2023.

El hogar mayoritario es el compuesto por una pareja con hijos, que suponen un 40% del total.

En relación al tamaño del hogar es de 3,8 miembros siendo el que más se repite el hogar compuesto por 4 personas. El grupo de edad en el que se encuentra el número máximo de participantes de referencia del hogar es el de 35 a 49 años. Del total de hogares con menores, el 38 % son hogares monoparentales. Es decir, que al frente del cuidado de los menores se encuentra un adulto solo. Este tipo de hogares aumenta respecto al 2022 en 2 puntos porcentuales.

El rostro de los hogares monoparentales acompañados por Cáritas en Asturias durante el año 2023 es el de una mujer de edad comprendida entre los 40 y 44 años que tiene a su cargo al menos a un hijo.

El acompañamiento de familias durante un periodo de tiempo de dos años o más, nos puede indicar que los mecanismos de protección social no están funcionando como debieran en los hogares más vulnerables, haciéndose necesario un análisis más detallado de las características y procesos de las familias acompañadas. El 34% de los hogares fueron acompañamientos desde hace más de dos años.

Un derecho conculcado, el derecho a la vivienda

El 38% de los hogares que acudieron en el año 2023 por primera vez habitan en viviendas compartidas, es decir, comparten habitación junto con otras familias o personas con las que pueden tener una relación de parentesco o convivir con personas sin parentesco. Singularmente se está produciendo un aumento de este tipo de hogares, relacionado con las dificultades que tienen muchas familias para acceder o mantener una vivienda individual. El 45% viven en viviendas alquiladas, 1 de cada 4 hogares lo hacen en viviendas realquiladas y el 12% se encuentran acogidos en domicilios de algún particular. El 34% de los hogares fueron acompañamientos desde hace más de dos años. El 73% viven en viviendas individuales, siendo solo un 10% las que se encuentran en viviendas compartidas frente al 38% de los que acudían por primera vez.

El acuciante problema de vivienda ha provocado que Cáritas haya hecho un gran esfuerzo para poner a disposición de personas sin posibilidad de acceder a una vivienda digna, pese a haber hecho solicitudes de vivienda pública, una treintena de pisos que han dado hogar a 135 personas en 2023.  Pese a ello, han tenido que ser atendidas en dos recursos alojativos colectivos un total de 1550 personas en situación de sin hogar, y a 215 personas en dos centros para personas en situación de sin hogar con problemas de salud derivados del consumo de alcohol y drogas.