Análisis y reflexión05/03/2025

Caminar juntos en la esperanza

El delegado episcopal de Cáritas, Luis Miguel Rojo Septién, nos anima a mantener la esperanza en este tiempo de Cuaresma.

Con el Miércoles de Ceniza comenzamos el tiempo de Cuaresma, para el cual el papa Francisco nos invita a “caminar juntos en la esperanza”. Estas palabras resultan especialmente significativas cuando son pronunciadas por un Papa enfermo que mira el mundo desde la ventana del Hospital Gemelli y que siente en sus propias carnes la fragilidad de la vida humana.

La fragilidad humana

La misma fragilidad de la que todos los cristianos somos invitados a tomar conciencia cuando se nos impone la ceniza y se pronuncia la profunda fórmula del Misal Romano: “Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás”. No podemos olvidar que el aliento de Dios es el que nos da la vida (cf. Gn 2, 7), un Dios que nos ha creado por amor y que ha asumido nuestra vida por amor.

El amor de Dios es la clave

El amor de Dios es la clave para vivir este tiempo de Cuaresma, dejarnos transformar por su Amor y amar como Él nos amó (cf. Jn 13, 34). El primer paso para vivir este amor es aceptar nuestras fragilidades, nuestra condición de criaturas y de pecadores que necesitan cambiar. Solo desde una aceptación de esta realidad podremos ponernos en camino, porque el amor no se conforma con la situación de pecado, sino que busca transformar la tristeza en alegría, la debilidad en fuerza, la oscuridad en luz. Por último, no podemos perder la esperanza, porque los procesos son lentos, porque los deseos de inmediatez del ser humano no siguen la lógica de Dios, que se toma su tiempo para modelar corazones.

Cáritas y el poder del Amor

Cáritas está llamada a mostrar ese Amor transformador de Dios, capaz de mirar de frente las situaciones de muerte para transformarlas con el único poder, aquel que viene del Amor.

Hoy más que nunca sentimos que estamos hechos de barro, desde la experiencia de enfermedad hasta la ruindad de algunos grandes líderes políticos internacionales. Que esta Cuaresma nos ayude a decir con San Pablo: “La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rm 5, 5).

Fotografía: Cathopic