Cooperación internacional19/11/2021

Cáritas acompaña a los migrantes en ruta

El drama que viven los migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia se repite en todo el mundo. Cáritas acompaña a estas personas en las dificultades de su camino hacia una vida digna y en paz.

Lo ocurrido en Bielorrusia y Polonia en los últimos días es un caso más en el que nosotros, humildes ciudadanos de la Europa Occidental, hacemos de espectadores atónitos y no entendemos qué pasa en las fronteras. Aunque está siendo el foco más mediático en los últimos días, la situación no es única en Europa, ni mucho menos en el planeta.

El drama de las fronteras

Para no alejarnos mucho mentalmente, pensemos en qué ocurre en la frontera este europea, tan de actualidad en 2015, cuando una fotografía mostró al mundo hasta qué punto la gente que huye de la guerra está dispuesta a arriesgar su propia vida y la de sus hijos. Ya no está en el foco mediático. ¿Significa esto es que ya no hay migración en la frontera este? ¿Significa que la hay sin sufrimiento? ¿Tendremos que asistir a otro espectáculo dantesco de nuevo para que despierten nuestras conciencias?

Los migrantes forzosos y vulnerables merecen toda nuestra atención. Son personas que dejan toda una vida para empezar una nueva en otro lugar partiendo literalmente de cero, en otra cultura, en otro contexto. La aspiración común de todos ellos es tener una vida digna y en paz.

No obstante, toda la valentía que se reúne al salir del propio país, se topa con miles de dificultades en cualquier ruta migratoria. Mafias, trabajos forzosos, abusos…, son ingredientes del camino en cualquier lugar del mundo (Bielorrusia, frontera este europea, frontera sur, corredor centroamericano…).

Cáritas acompaña el camino de los migrantes

Desde Cáritas apostamos por acompañar y mejorar la calidad de vida de estas personas. En frontera este, los países de la ruta se han unido para trabajar un proyecto común que permita tener mayor y mejor impacto. Por una parte, cada país (Grecia, Albania, Norte Macedonia, Serbia, Bulgaria, Montenegro y Bosnia-Herzegovina) propone actividades de trabajo dentro de sus fronteras. Aunque el trabajo varía en función de muchos factores (número de migrantes, tamaño del país, existencia o no de otras organizaciones sociales…), la puesta en marcha de la red de trabajo común permite compartir experiencias y procesos. Éxitos y dificultades se pueden sistematizar y sirven de aprendizaje al resto, que pueden adaptar la experiencia a su propio contexto.

Por otro lado, en esta nueva fase de trabajo, la red de migraciones de Frontera Este (REMAP en sus siglas en inglés) ha construido un itinerario de formaciones comunes que permitan mejorar el servicio a los más desfavorecidos, y pasar de una atención de emergencia a una atención más sostenible en el tiempo. Los acontecimientos de cierres de fronteras han provocado que muchas personas se queden estancadas en países donde no quieren estar, con todas las dificultades psicosociales que conlleva (ansiedad, depresión, enfermedades crónicas sin tratar, niños sin escolarizar, etc). Así, en sintonía con las expectativas y necesidades de las Cáritas, se realizarán formaciones en el campo de la incidencia, la implicación comunitaria y la mejora de los servicios brindados.

El camino de la red no ha hecho más que empezar. Ojalá seamos capaces de mejorar la atención y acompañamiento a los migrantes. Todo apoyo e interés por esta situación son bienvenidos, aunque no esté en el foco de atención mediática.