Cáritas, más cerca de las personas en otro año difícil
Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, nos habla de la labor de la entidad en el curso que ahora comienza y que se presenta duro para muchas familias.
No podría haber una mejor manera de comenzar el nuevo curso que recibiendo el aliento del papa Francisco con motivo de nuestro 75 cumpleaños. Recién llegada de Roma –donde el Santo Padre ha recibido en audiencia al Consejo General de Cáritas Española–, quiero compartir con todos vosotros, amigas y amigos voluntarios, trabajadores y cualquiera que se sienta parte de la familia Cáritas, el mensaje que nos ha transmitido y que nos anima a continuar con nuestra misión: llevar el Amor con mayúsculas a cada persona.
El Papa nos decía que debemos ayudar a que esa persona que tenemos delante, que está rota, pueda encontrar la unidad con Dios y con sus hermanos. Debemos proponerle caminos de restauración y acompañarle desde sus capacidades y sus limitaciones; y también desde las nuestras.
Comienza un curso difícil
Con esta sencillez, pero también con suma profundidad y humanidad, recuperamos la actividad en el nuevo curso. Es un curso que, sabemos, va a ser difícil para muchas personas y familias, y en el que, detrás de las palabras de crisis energética, inflación y subida de precios, y economía internacional, existen muchas vidas que se van a complicar y muchas dificultades que afectarán, aún más, a su día a día.
Ser cauce de solidaridad
Estas personas no solo necesitan un apoyo puntual o económico. Necesitan que estemos cerca y que seamos cauce de la solidaridad de todos; una solidaridad que acompañe, integre, hable, mire y esté cerca de todas las personas que, en nuestras parroquias, en nuestros barrios y en nuestro camino, sufren por estas dificultades.
Mirar más allá
Estamos decididos a enfrentar esta realidad con ánimo y espíritu renovado y sin olvidar a aquellos que en otros lugares del mundo como en Ucrania, en el Sahel, en Siria o en Centroamérica siguen sufriendo grandes injusticias acompañadas de violencia, de guerra y de hambre. Como parte de la Iglesia Universal, Cáritas Española también está –y continuará estando– en todos estos lugares remotos, al lado de las personas que sufren y de las Cáritas hermanas que las acompañan.