Acción social23/09/2021

La situación en la que se encuentra mi familia en Afganistán es muy peligrosa

Cáritas Diocesana de Segovia comenzó su apoyo Mahdi en 2015, un joven afgano que nos cuenta cómo ha sido su integración durante estos años y la situación de su familia tras la toma de poder de los talibanes.

A lo largo de estos años con la voluntad de seguir con el acompañamiento y asesoramiento a las personas más desfavorecidas. Cáritas Diocesana de Segovia comenzó su apoyo al joven Mahdi en 2015 y lo mantiene a día de hoy, avalando su óptima integración social, su estabilidad económica y apoyándole en la solicitud de evacuar a sus padres, hermanos y núcleos familiares de Afganistán.

«Mi nombre es MAHDI soy Afgano, y pertenezco al grupo étnico Pastou Khalili (Chiitas) y mi religión es musulmán Chii. La ciudad de la que somos originarios mi familia y yo es Kundoz, actualmente bajo dominio de facciones de Daesh, Alqaeda y talibanes, donde existe un foco importante de guerra y violencia.

Nuestro idioma es el persa, lo cual es perseguido por los grupos radicales anteriormente nombrados. Mi familia se dedica a la agricultura y ganadería y tanto ellos como el resto del pueblo están amenazados. Por mi condición de hombre y joven, me convertí en objeto de requerimiento de estas organizaciones para afiliarme a sus filas y, dada mi negación, decidí comenzar un viaje cuyo punto final es Segovia, España.

En mi venida hacia España pasé por varios países: Pakistán, Irán Turquía, Grecia, Croacia, Austria, Alemania, Francia…Tuvimos mucho miedo en Pakistán e Irán, íbamos por lugares poco seguros, por el desierto, viajando en un coche lleno de personas y siempre ocultos; el viaje era tanto de día como de noche, con frio y por largos caminos.

Llegue a España en el año 2015, todavía siendo menor de edad y solicité la Protección Internacional, concediéndoseme protección subsidiaria en marzo de 2017. Actualmente tengo un permiso de residencia de larga duración.

Desde el principio estuve muy bien acompañado por Cáritas Diocesana de Segovia y recibí toda su ayuda, en el estudio, la búsqueda de trabajo, de vivienda, en el ámbito jurídico y en los trámites para intentar evacuar a mis padres, hermanos y sobrinos de Afganistán y poder reagruparles.

Aprendí español/castellano, estudié hasta 3ª de la ESO y realicé estudios académicos de Formación Profesional en la rama de informática. He completado diferentes cursos de hostelería y prácticas en relevantes empresas de restauración de Segovia. Todo esto me ha servido para que, en la actualidad, tenga estabilidad económica y laboral gracias a mi trabajo en Segovia.

Intento ser solidario, como lo fueron conmigo

Intento ser solidario, como lo fueron conmigo, colaboro con diferentes instituciones y organizaciones de Segovia,  como traductor e interlocutor con personas afganas; prestando ayuda en los dispositivos de acogida puestos en marcha.

El pasado lunes 30 de agosto acudí a la base aérea de Torrejón de Ardoz como intermediario y traductor de dos familias afganas que se trasladarían a nuestra ciudad con Cruz Roja de Segovia.

Tras la toma de poder en todo el país Afgano por los Talibanes y la retirada de las tropas americanas, la situación en la que se encuentra mi familia en Afganistán es muy peligrosa; mis padres, hermanos y sobrinos se marcharon a Mazar – E- Sharif (región de Afganistán), debido a que mi familia no pudo salir de casa sin protección y no consiguieron entrar en el aeropuerto de Kabul. En las ocasiones en que podemos comunicarnos, me cuentan que los bancos, negocios y tiendas están cerrados; la gente está desesperada y sale a la calle para vender ropas y muebles; lo que sea para poder alimentarse. No hay trabajo, todo está cerrado».

Cáritas Diocesana de Segovia no permanece indiferente a estas situaciones de violencia ya que como cristianos nos sentimos comprometidos y fieles a las palabras del Papa:

«Les ruego que recen conmigo al Dios de la paz para que cese el ruido de las armas y se encuentren soluciones en la mesa del diálogo. Sólo así la población martirizada de ese país -hombres, mujeres, ancianos y niños- podrá regresar a sus hogares y vivir en paz y seguridad con pleno respeto mutuo».