Campañas03/02/2025

Embajadores de la esperanza: Juntos contra la trata

El 8 de febrero celebramos la XI Jornada de Oración contra la Trata de Personas y la Memoria Litúrgica de Santa Josefina Bakhita.

El próximo sábado, 8 de febrero, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de personas, una fecha que, como siempre, coincide con la conmemoración de la Memoria Litúrgica de Santa Josefina Bakhita, una mujer que fue esclavizada y que llegó a ser santa.

Año jubilar contra la trata

Este año, la Jornada contra la Trata de Personas tiene una relevancia especial debido a que el proyecto social propuesto por la Conferencia Episcopal Española para vivir el Jubileo 2025 –y al que se ha sumado Cáritas– tiene como centro la labor de la Iglesia en esta realidad. Este proyecto insiste en el compromiso social que debe nacer en las personas, fruto del Jubileo y de su vivencia personal y comunitaria.

En el marco del año Jubilar, el lema propuesto para esta Jornada de Oración ha sido «Embajadores de la Esperanza: juntos contra la trata de personas».  

Todos estamos llamados a ser embajadores de la esperanza e invitados a participar en las vigilias de oración contra la trata de personas que se celebran en todo el mundo y que recuerdan el testimonio de Santa Bakhita y honran su memoria.

Únete a las vigilias

La Vigilia de Oración convocada por la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana  tendrá lugar en la catedral de Burgos. Será el miércoles 5 de febrero a las 19:30 horas y se podrá seguir en directo desde YouTube en este enlace. 

Santa Bakhita

Josefina fue una religiosa de Sudán secuestrada por unos comerciantes de esclavos cuando solo era una niña. La alejaron de su tierra, perdió su nombre y fue sometida a esclavitud y tortura. Pese a perder todo y ser vendida a distintos amos que la maltrataron durante años, Bakhita conservó la inocencia y un corazón limpio. No permitió que el sufrimiento se adueñase de su existencia, lo transformó en esperanza y nunca dudó de la presencia de Dios, fe que la preservó de la tristeza y le dio ánimo para seguir adelante.

Cuando fue liberada ingresó al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad, en Venecia. Allí supo que Dios le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud y fue bautizada como Josefina Margarita Afortunada.

La historia de su vida representa es inspiración y aliento para muchas mujeres, hombres, niñas y niños que ven violada su dignidad y sus derechos humanos.

Fotografía: Juan della Torre.  Cortesía de La Machi