Acción social26/06/2024

«Lo que más valoro de la ayuda que he recibido de Cáritas es la humanidad»

Tatiana salió de su país huyendo de la violencia machista. Conoce cómo Cáritas ha estado a su lado desde que llegó.

Tatiana es colombiana y tiene 38 años. Hace un año y siete meses llegó a España con sus dos hijos que ahora tienen 15 y 11 años. Huyó de su país porque era víctima de violencia machista y temía que el ambiente de violencia familiar terminara en una tragedia.

Al llegar a España fue acogida en un recurso residencial de Cáritas, donde permaneció durante dos meses. Durante ese tiempo, Cáritas le ayudó a tramitar su solicitud de asilo, que aún no se ha resuelto. Posteriormente fue derivada al programa estatal de Acogida Humanitaria del que forma parte ACCEM. Actualmente vive en un piso de esta organización, pero sigue vinculada a Cáritas, donde recibe acompañamiento y ayudas puntuales.

Gracias a su solicitud de asilo cuenta con un permiso de trabajo parcial. Tras participar en varios cursos de formación de Cáritas ha conseguido un empleo de media jornada en la hostelería. Lleva mes y medio en ese trabajo. Dentro de seis meses, tendrá que abandonar el programa de Acogida Humanitaria por lo que Tatiana ahorra todo el salario que gana para poder garantizar a sus hijos un lugar para vivir en el medio plazo. Actualmente no recibe ningún tipo de subsidio.

La sobrecogedora historia de Tatiana contada por ella misma

«Sufrí de muchos abusos, muchos tipos de abusos, desde familiares, como con la pareja que tenía y después de separarme de esa persona, mis hijos seguían sufriendo abusos de mi expareja, lo cual llevó a situaciones de peligro porque los abusos se convirtieron en amenazas. Llegado a ese punto, me dije hago algo o le pasa algo a mis hijos o me pasa algo a mí.»

«Tomamos la decisión entre mis ex-suegros, mi mamá y yo, de que yo tenía que salir de Colombia porque a pesar de que había denuncias, hubo charlas con la persona con la que tenía el problema, las cosas no mejoraban, sino que al contrario estaban empeorando y lo peor era que ya se estaba involucrando mi hijo mayor, porque él -en su afán de defenderme- se iba a meter en un problema».

«Cuando yo me entrevisto con la de Cáritas, me dicen no te preocupes. Esa frase no se me olvida. Salió Balbi y me dijo mira, ya tienes casa, mañana a tal hora te vamos a recoger, vamos a recoger tus cosas y nos vamos a ver en la plaza donde queda el Ayuntamiento y ahí te vamos a mostrar dónde va a quedar la casa donde vas a vivir con tus hijos».

«¿Qué ayudas tuvimos? Pues la vivienda. En Cáritas, las personas donan comida, donan ropa. Eso fue otra cosa muy importante, porque yo vengo de un clima cálido donde venía con ropa de verano, por decirlo así, y estábamos en época de frío».

«Lo que más valoro de la ayuda que he recibido de Cáritas es la humanidad que tienen, en el sentido de que ven por lo que estás viviendo, ven por lo que estás pasando y se tocan el corazón para decir venga, vamos a ayudar sin poner pegas».