Cooperación internacional24/09/2024

“Lo que otros llaman ‘proyectos de desarrollo’ para nuestros pueblos son ‘proyectos de muerte’”

Railson Guajajara es uno de los nueve jóvenes activistas que participan estos días en la III Caravana por la Ecología Integral.

Railson Guajajara es uno de los nueve jóvenes activistas que participan estos días en la III Caravana por la Ecología Integral, cuya etapa española está organizada por Enlázate por la Justicia, una red integrada por diferentes organizaciones eclesiales, entre ellas Cáritas.

Este dirigente de la Tierra Indígena Caru en la región de Maranhão, norte de Brasil, se encuentra en España para sensibilizar sobre la grave deforestación que causa la industria extractivista. Su territorio se ve afectado por el Ferrocarril de Carajás de Vale, una línea ferroviaria creada hace décadas para transportar el mineral extraído en la región de Carajás, donde se encuentra la mayor mina de hierro del mundo. A lo largo de sus 88 kilómetros de trazado, este tren atraviesa 27 municipios, 28 Unidades de Conservación Ambiental y cruza directamente más de 100 comunidades quilombolas e indígenas de Pará y Maranhão hasta alcanzar el puerto de Ponta da Madeira, en el océano Atlántico. “Estamos amenazados por la minería y la deforestación. Lo que otros llaman ‘proyectos de desarrollo’ para nuestros pueblos son ‘proyectos de muerte’.

Railson lamenta que estos proyectos se realicen violando el derecho de consulta previa a los pueblos autóctonos. “Solo 10 o 15 personas saben de estos proyectos. No hay consultas”, se lamenta, pese a que el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce el derecho a “la consulta libre, previa e informada” para cualquier acción que pudiera afectar a las comunidades indígenas. “Los que vulneran este derecho básico son los propios gobiernos y las empresas, siempre con la complicidad del Poder Judicial”, asegura el líder indigenista.

Las poblaciones sufren nuevas amenazas. Actualmente está prevista la construcción de una nueva vía férrea, que afectaría a aproximadamente 25 comunidades, entre indígenas y pueblos en aislamiento voluntario y comunidades quilombolas. “Mientras haya un indígena vivo, defenderemos la tierra”, asevera Railson.

Estos nueve representantes de distintos territorios de América Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Perú) afectados por el extractivismo y la minería recorrerán hasta el próximo 11 de octubre diez ciudades y seis países europeos (España, Bélgica, Italia, Austria, Francia y Alemania) para contar a diferentes públicos y audiencias, la situación que se viven en sus territorios a causa de la contaminación y la violación de derechos, y a su vez hacer oír sus propuestas para detener el cambio climático y promover una economía sostenible y que defienda la vida.