Cooperación internacional03/02/2021

Manaos se enfrenta a la COVID-19 sin oxígeno

La Iglesia y la Cáritas brasileñas denuncian el colapso sanitario.

A lo largo de 2020, la pandemia de coronavirus afectó gravemente a Manaos, capital de Amazonas (Brasil), y penetró de manera rápida en el resto del Estado. Los municipios del campo representan el 57,48 por ciento de los 229.367 casos de COVID-19. El estado alcanzó los 6.191 muertos, 4.072 en la capital.    

Con la flexibilización de las medidas de protección por motivo de las fiestas navideñas y de año nuevo, y la apertura total de establecimientos comerciales, los casos de COVID-19 aumentaron considerablemente. Por otro lado, el Gobierno estatal no contuvo la propagación del virus.  

Estado de calamidad

La semana pasada, el Estado de Amazonas decretó el estado de calamidad pública por el aumento de muertes por la COVID-19. Ante el colapso de los hospitales públicos, producto de la negligencia del Gobierno a nivel federal y estatal, se está produciendo un aumento progresivo del contagio y es necesario fortalecer los mecanismos de protección en toda la población.  

Falta de oxígeno

La situación que se vive en el Estado de Amazonas, especialmente en Manaos, donde la falta de oxígeno está provocando el trágico aumento de muertes, ha llevado al arzobispo de Manaos, Leonardo Ulrich Steiner, en nombre de los obispos de los Estados de Amazonas y Roraima, a realizar una declaración en la que hace un contundente llamamiento: “Por el amor de Dios, envíenos oxígeno, denos oxígeno”. 

El arzobispo explica que “en la primera ola del Covid-19, la gente murió por falta de información, por falta de camas en los hospitales y por falta de camas en las UCI de Amazonas y Roraima. Hoy, en la segunda ola, la gente muere por falta de camas en los hospitales, por falta de camas en las UCI y, curiosamente, por falta de oxígeno”. La situación es tan grave que, en palabras de Leonardo Ulrich Steiner, “la gente, incluso internada, carece de oxígeno”. 

La labor de Cáritas y la Iglesia

De los 62 municipios del Estado, solo Manaos tiene camas de UCI. Por eso y porque el servicio de salud está centralizado, se esperaba el colapso. Otro problema es la larga distancia, generalmente cubierta en lancha, entre los municipios y la capital,   

Ante esta situación, Caritas Brasileira, a través del proyecto Ajuri Pela Vida da Amazonía, ha reforzado la entrega de kits de higiene y ha asegurado que parte de la población vulnerable pueda acceder a la atención necesaria.  

De igual modo el presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), Dom Walmor Oliveira de Azevedo, declaró que la gravísima emergencia sanitaria en Manaos es un llamado urgente para los cristianos y todas las personas sensibles al sufrimiento de los demás. “Necesitamos ayudar”, apeló. “No podemos simplemente lamentarlo. Es necesario actuar con urgencia, solidaridad y responsabilidad”, dijo. 

Por todo ello, la Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), que comprende el Norte de Amazonas y Roraima, ha lanzado la campaña “Amazonas y Roraima cuentan con su solidaridad”. La acción tiene como objetivo ayudar a las víctimas de la COVID-19 que sufren sin la atención adecuada en los hospitales.  

Carta desde Manaos

De igual modo, desde el Consejo Indigenista Misionero, CIMI, Luis Ventura nos hacía llegar sus impresiones de la situación que estaban viviendo: “La situación en Manaos y en el Estado de Amazonas es caótica. El colapso de los hospitales es absoluto. Faltan ambulancias, materiales, equipos médicos, camas de UCI…, hasta el propio oxígeno. La situación se refleja en los municipios del interior. Algunos presentan falta de oxígeno en las estructuras precarias de salud básica con las que cuentan y hubo fallecimientos por este motivo. En el Estado de Roraima, donde nosotros vivimos, el único hospital que atiende COVID-19 ya hace días que no puede acoger a nadie más. La semana pasada, los Gobiernos de Amazonas y Roraima decretaron medidas de restricción… Han llegado tarde, muy tarde».