El 8 de septiembre se celebra el Día del Cooperante. En esta fecha queremos reconocer el papel de todas las personas que trabajan por la justicia, los derechos humanos y la dignidad de las personas y las comunidades más olvidadas del mundo.

En Etiopía

Con motivo de este día, hemos hablado con Teo Lazo, cooperante de Cáritas Española en Etiopía. Teo lleva solo unos meses trabajando en Cáritas, pero más de diez años vinculado a este país del Cuerno de África. “Las comunidades con las que trabajamos en Etiopía enfrentan múltiples necesidades, desde la falta de acceso a agua potable y servicios de salud, hasta la inseguridad alimentaria o la desigualdad de género que se plasma en la educación, la violencia contra la mujer, los matrimonios tempranos… Nuestro trabajo se centra en abordar estas necesidades de manera integral”, explica Teo.

La cooperación en Cáritas

 “Ser cooperante en Cáritas es una experiencia enriquecedora, porque esta entidad se destaca por su compromiso con los valores humanitarios y su enfoque integral en el desarrollo humano. Además, uno de los aspectos más importantes del trabajo en Cáritas es su red. Tenemos la posibilidad de llegar a muchas regiones del mundo trabajando con las Cáritas Diocesanas de hay en cada país –cuenta nuestro cooperante–. En el caso de Etiopía, conocemos las necesidades de las comunidades ya que, Cáritas forma parte de cada comunidad dentro de su Diócesis. De esta forma es fácil comprender hacia dónde dirigir nuestro trabajo en cada diócesis. Creo que es el aspecto más importante de Cáritas y que la puede distinguir de otras entidades”.

Con las comunidades

Teo Lazo considera que lo mejor de su trabajo es “la oportunidad de conocer y aprender de personas de diferentes culturas y contextos”. “Pero lo más satisfactorio, sin duda, es cuando conoces a la comunidad en la que vas a desarrollar el proyecto y te cuentan sus necesidades y ves que con tu trabajo vas a ayudar, aunque sea un poquito, a esas personas, o cuando después de realizar un proyecto te reúnes con la comunidad y, entre todos, valoráis los resultados”, añade.

¿Un trabajo para toda la vida?

¿Puede ser la cooperación internacional un trabajo para toda la vida? “Por un lado, creo que sí, siempre y cuando te encuentres integrado en el contexto y el país. La cooperación internacional y el trabajo en desarrollo comunitario requieren de compromiso y crea sentido de pertenencia. Pero, por otro lado, también creo que es un trabajo que desgasta a la persona psicológicamente. Se viven situaciones de crisis, exposición a la pobreza, y las barreras burocráticas pueden ser agotadoras.”, reconoce Teo. Aun así, para todos los cooperantes, “poder contribuir, de alguna manera, a la construcción de mundo más equitativo” es una motivación mucho más fuerte que cualquier dificultad.