La trata de personas tiene rostro de mujer
Con motivo del Día Mundial Contra la Trata de Personas, el 30 de julio, el equipo del Proyecto Jere-Jere, de Cáritas Valencia, nos pregunta: "¿Qué podemos hacer como sociedad?"
La trata tiene rostro de mujer. La mayoría de veces no tiene cadenas físicas. No tiene cerraduras. No tiene candados. Tiene barreras invisibles que las demás personas no podemos percibir tan fácilmente.
La trata ya no es lo que conocíamos porque las redes de explotación de personas han ampliado sus métodos de captación, traslado y explotación. Se nutren principalmente de las más vulnerables, de aquellas que han sido violadas, vejadas, que viven situaciones de pobreza, de violencia y de necesidad. De aquellas que están tan acostumbradas a que su dignidad sea degradada, que incluso pueden llegar a no percibir la violencia sufrida. Además, los elementos de coacción utilizados para mantenerlas en la explotación e impedirles la salida, están mucho más latentes. Las amenazas y violencia contra las familias en el país de origen, son una realidad con la que las mujeres deben lidiar en su día a día a tantos kilómetros de distancia.
¿Qué hacemos como sociedad?
¿Y qué hacemos como sociedad, sabiendo que hay mujeres víctimas de trata para la explotación sexual en nuestro país? Seguimos teniendo una ley de extranjería que impide a las personas el acceso a derechos, carecemos de recursos de protección para las víctimas, disparamos los precios de la vivienda imposibilitando que puedan formar su hogar… Sin olvidarnos de que seguimos aumentando la demanda de prostitución (y, por tanto, de trata).
La trata tiene rostro de mujer. Y a veces es un rostro que sonríe, incluso con ilusión. Y es que, en ocasiones, son ajenas a sus propias cadenas. Salir de la situación de explotación, reencontrarse con su familia, tener un empleo y vivir tranquila. En definitiva, mirar al futuro con la esperanza de sobrevivir.
La denuncia del Papa
La trata es una grave violación a la dignidad humana. El papa Francisco lo lleva denunciando durante mucho tiempo. En Dignitas Infinita (41) vuelve a referirse a la trata. “Reafirmo que la trata de personas es una actividad innoble, una vergüenza para nuestras sociedades que se consideran civilizadas. ¡Explotadores y clientes a todos los niveles deberían hacer un serio examen de conciencia ante sí mismos y ante Dios!”
Este 30 de julio, Día Mundial Contra la Trata de Personas, como cada día, desde Cáritas ponemos la mirada en el acceso a los derechos de las mujeres que les permitan tomar las riendas de su camino. Soñamos con un futuro libre de trata de personas. Soñamos con un futuro libre de violencias contra las mujeres.
La trata tiene rostro de mujer. Y de pobreza. Y de violencia.
Foto: Cáritas Ourense