La Caridad en Semana Santa
Entrevista de Semana Santa a José María Alcázar Aranda, Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana de Cuenca.
José María Alcázar Aranda es sacerdote en la Parroquia San Fernando, en Cuenca, además de Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana de Cuenca. Con la llegada de la Semana Santa, aprovechamos para destacar la importancia de la Caridad en estos días tan representativos para el cristianismo, donde el Amor Fraterno es uno de los pilares fundamentales.
Siendo la Semana Santa el periodo más importante para la liturgia cristiana, ¿Qué importancia tiene la caridad durante estos días?
La caridad es importante todos los días del año. Jesús nos dejó el Jueves Santo, durante la última cena, el mandamiento más grande: “amaos los unos a los otros como yo os he amado”. El Jueves Santo es el día de la Caridad Fraterna, el día del Amor Fraterno, un día muy especial donde se nos graba más fuerte ese mandato de ayudarnos, de querernos y de servirnos a los demás.
Podemos decir que, desde el punto de vista de la Iglesia, y con lo que representa la Semana Santa, ¿podríamos entenderla sin tener en cuenta la caridad cristiana?
Creer en Jesús y no practicar el mandamiento del amor, es quedarnos a medias. El Señor nos dice que hay que amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y todo tu ser, y amar al prójimo como a ti mismo. Si no practicamos la caridad ni el amor fraterno estaríamos hablando de una fe muerta, le está faltando la vida. Jesús no vino a ser servido, sino a ser un servidor. Hizo lo que hacían los siervos, lavando los pies a los discípulos, y al terminar les dijo: ¿veis lo que he hecho? Pues id y lavaos los pies unos a otros. Debemos amarnos los unos a los otros como él lo ha hecho con nosotros.
¿Entendemos la Semana Santa como una oportunidad ideal para renovarse y profundizar en la relación con Dios?
La Semana Santa es el fundamento, donde celebramos los misterios centrales de nuestra fe. El Jueves Santo hablamos del Amor Fraterno, el Viernes Santo vemos como Cristo dio su vida por nosotros para que nosotros podamos dar esa vida a los demás. En la Vigilia Pascual, con la resurrección nos da esperanza. Recibimos los fundamentos, es como celebrarlos de manera concentrada: pasión, muerte y resurrección de Jesús en tres días, para luego continuar celebrándolos el resto del año.
El Papa Francisco señala “La Semana Santa es un tiempo de gracia, es una proclamación de nuestra salvación”. Unos días de sentimientos encontrados donde nuestros corazones se abren y se estremecen en los momentos más duros de la vida de Jesús. ¿Cambia mucho la forma de dar caridad de las personas durante estos días?
Durante la Semana Santa los poros del corazón se abren y somos invitados a que nuestras relaciones sean más sanas y mejores. Va más gente a la Iglesia durante toda la cuaresma. Todo esto nos ayuda a tomar una conciencia y a vivir como hijos de Dios, de que somos hermanos y debemos darnos amor.
Cristo ha venido a salvarnos, a darnos la vida y dotarla de sentido, que no acaba en muerte, sino en resurrección. Se nos enseña el misterio de la fraternidad y de la caridad. Una caridad que tenemos que reflejarla en Cristo, él nos amó hasta el extremo y dio la vida por cada uno de nosotros. No podemos responder al mal con mal, Judas lo traiciona y Jesús le da un beso. Pedro lo negó tres veces, Jesús lo miró y Pedro lloró amargamente su pecado. Los discípulos le abandonaron y Jesús salió al encuentro con cada uno de ellos. Jesús no abandona ni responde al mal con mal, sino con bien. Hasta en el momento de la cruz: “señor perdónales que no saben lo que hacen”. Es el mayor amor y el más grande, el que tenemos que reflejar en nuestra vida, y nos cuesta mucho.
Haciendo referencia de nuevo al Papa Francisco, la caridad no consiste en el hacer ver lo que nosotros somos, sino en aquello que el señor nos dona y que nosotros libremente acogemos; y no se puede expresar en el encuentro con los demás si antes no es generada en el encuentro con el rostro humilde y misericordioso de Jesús, ¿Existe otra forma de dar caridad, que no sea desde el corazón y de manera desinteresada?
El miércoles de ceniza se leía: cuando vayas a orar no lo hagas para que te vean, cuando des limosna no vayas presumiendo. Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu izquierda. El señor nos dice que una caridad que se hace para ser vistos, es una caridad que no tiene valor. La caridad tiene que partir desde el deseo de practicar la misericordia, desde el amor de Jesús. Un amor que no tiene límite, y todo el mundo puede dar algo, no solo cosas materiales, también podemos dar una sonrisa en el momento adecuado, acompañamiento, cariño y esperanza.