La experiencia de Liliana Cervantes y Lucía Cuenca tras sus prácticas en Cáritas Diocesana de Cuenca
"Nos ha sorprendido la manera tan especial de trabajar con las personas que lo necesitan, tan cercana y tan personal. Realmente oportunidades como las que dan en Cáritas son muy difíciles de encontrar".
Liliana nació en Venezuela, donde estudió Administración de Recursos Humanos, y ahora en España, está retomando los estudios. Lucía es natural de Huete (Cuenca), y como Liliana, son estudiantes del Grado Superior de Integración Social, lo que les ha llevado a realizar prácticas en Cáritas Diocesana de Cuenca durante dos semanas. Han alternado sus labores entre el Centro de Alojamiento de Urgencia y los Centros Residenciales, y ambas coinciden en que es una experiencia única y muy recomendable.
¿Qué es lo que más os ha sorprendido de vuestra experiencia en Cáritas?
Lucía: En el Centro de Alojamiento de Urgencia me ha sorprendido mucho ver a gente tan joven. Cuando me imaginaba el perfil de gente sin hogar, siempre pensé que eran personas más mayores.
Liliana: El impacto en general ha sido grande, realmente en Latinoamérica la acción social se ve de manera diferente, pero aquí una se encuentra con otras realidades porque llegas con unas perspectivas diferentes, no piensas que en España haya tantísima gente española en situación de vulnerabilidad y exclusión. Otra de las cosas que me ha sorprendido es la gente afectada por temas de salud mental, que está afectando demasiado a la población en todos los entornos. Sorprende ver a personas preparadas con capacidades y cualidades extraordinarias, que de repente, por situaciones personales quedan atrapadas y no avanzan, llevándolas a esa situación de vulnerabilidad.
¿Qué destacaríais de la labor de Cáritas?
Liliana: Lo que he podido observar en mi paso por Cáritas es el tipo de acompañamiento, totalmente integral en todos los ámbitos, desde los objetivos que se plantean, tanto a nivel social, laboral, personal, en cuanto a salud, etc. Me ha impresionado mucho que es un acompañamiento completísimo y realmente oportunidades como las que dan en Cáritas son muy difíciles de encontrar.
Lucía: La manera tan especial de trabajar con las personas que lo necesitan, tan cercana y tan personal. Además, desde fuera no se aprecian los recursos que se ofrecen aquí, mucha gente no sabe que se da alojamiento a estas personas, los tipos de itinerarios, etc.
Tras vuestro paso por Cáritas, ¿ha cambiado vuestra percepción sobre el trabajo que se realiza?
Liliana: Sí, aunque yo acudí a Cáritas al llegar a España buscando asesoramiento. Una vez dentro te das cuenta de que la acción social abarca casi todo. Se trabaja con todo tipo de personas, menores, adultos, mayores, gente sin papeles, con adiciones, con todo tipo de problemas, y Cáritas tiene respuesta para todas ellas.
Lucía: Totalmente. Muchas veces no se trata solo de ayudar a una persona de manera económica, el acompañamiento y la comprensión son muy importantes también. Un ejemplo que hemos tenido en el Centro de Alojamiento de Urgencia, es el de personas que no saben hablar español, pues se busca la manera, por medio de un traductor, de que esa persona pueda realizar los trámites que necesita en ese momento.
Y de vuestro trato directo con personas en situación de vulnerabilidad, ¿Qué destacaríais?
Lucía y Liliana: Lo agradecidas que son. Por pequeña que sea la ayuda la agradecen un montón, por lo general creemos que estas personas son conscientes de la importancia que tiene la labor de Cáritas y de la oportunidad tan grande que tienen de poder estar aquí. Hay de todo, pero en general creo que valoran y agradecen la ayuda que se le presta.
Liliana, en tu caso, tuviste contacto de primera mano con Cáritas al llegar a España…
Liliana: Cuando llegué a España hace un año, aquí en Cáritas fue donde me asesoraron desde las parroquias y me sentí realmente acogida. Siempre te orientan con esa calidad humana que fue lo que sentí, y ahora desde dentro me ha impactado mucho el corazón que le ponemos. Es un proceso en el que nunca hay que dejar de ser humanos, de ponernos en la situación de la persona vulnerable. Y siempre con esa idea de agotar hasta el último recurso para ayudar a las personas, haciendo todo lo que está en la mano del personal de Cáritas. Pienso que es fundamental el asesoramiento a la hora de llegar de otro país, para ahorrar tiempo en los trámites, para el pago de las tasas, evitar caer en estafas…
¿A qué nivel os han servido las prácticas realizadas en Cáritas?
Lucía y Liliana: Pues nos ha venido muy bien para ver realmente la realidad de estas personas, y ver si realmente es lo que nos gusta. Es como ponernos a prueba y valorar si realmente queremos dedicarnos a esto, llevar a la práctica lo que estamos estudiando, no solo quedarnos en la teoría. Además, a nivel humano te hace ponerte en el lugar de estas personas y empatizar, que es algo fundamental. Aprendes un montón, y los trabajadores de Cáritas nos han integrado en todos los procesos del día a día, nos hemos sentido dos trabajadoras más en todo este tiempo, estamos muy agradecidas.
Desde Cáritas Diocesana de Cuenca recordamos la importancia de compartir en comunidad con sencillez y gratitud, como nos recuerda el papa Francisco: «En el Evangelio los pobres, los vulnerables, no son objetos, son sujetos, son protagonistas junto con Jesús del anuncio del Reino de Dios»