Promover el desarrollo integral de las personas y los pueblos, especialmente los que se encuentran en situación de pobreza y exclusión.
Promover el desarrollo integral de las personas y los pueblos, especialmente los que se encuentran en situación de pobreza y exclusión
Promover el desarrollo integral de las personas y los pueblos, especialmente los que se encuentran en situación de pobreza y exclusión.
Ser testimonio de la fraternidad de la comunidad cristiana con todas las personas, en especial con las que se encuentran en situación de pobreza y exclusión, trabajando por una sociedad donde los derechos humanos sean ejercidos por todos desde los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Desde el compromiso para:
Caridad
Es el fundamento de nuestra identidad y servicio, fuente inspiradora de nuestros valores.
Centralidad de la persona
La persona es el centro de nuestra acción. Defendemos su dignidad, reconocemos sus capacidades, impulsamos sus potencialidades y promovemos su integración y desarrollo.
Justicia
Trabajamos por la justicia y la transformación de las estructuras injustas como exigencia del reconocimiento de la dignidad de la persona y de sus derechos.
Participación
Somos una organización abierta al diálogo y al trabajo en equipo de nuestros agentes y de los destinatarios de nuestra acción social.
Solidaridad
Nos caracterizan nuestro sentimiento de unión a los que sufren y nuestra convicción de igualdad y justicia.
Austeridad
Apostamos por la utilización ética y coherente de nuestros recursos.
Espíritu de mejora
Desarrollamos nuestra actividad buscando permanentemente mejorar y aplicar ideas innovadoras, siempre en beneficio de la persona, la comunidad y la sociedad en su conjunto.
Transparencia
Compartimos una cultura institucional basada en la ética y en la apertura de la información hacia todos los interesados en nuestra labor.
Ser testimonio de la fraternidad de la comunidad cristiana con todas las personas, en especial con las que se encuentran en situación de pobreza y exclusión, trabajando por una sociedad donde los derechos humanos sean ejercidos por todos desde los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Desde el compromiso para:
Que la acción de Cáritas Diocesana de Santander sea significativa en el desarrollo integral de las personas, en especial de las que se encuentran en situación de pobreza y exclusión.
Denunciar las causas que generan pobreza y exclusión desde las claves de acceso a derechos.
Que la acción de Cáritas Diocesana de Santander asegure la participación significativa de agentes y destinatarios.
Contar con Cáritas Parroquiales capaces de ser motores de cambio en el territorio.
La promoción de la economía social y solidaria, como signo de un nuevo modelo económico más justo.
Nuestro modelo de acción opta por un método centrado en el acompañamiento a los procesos de crecimiento de las personas y de las comunidades, lo cual centra la atención en los «caminos» más que en las «metas».
Nuestras acciones tienen que surgir de motivaciones claras y estar impregnadas de valores alternativos que permitan traslucir su significado: la construcción de una sociedad inspirada en los valores evangélicos. Todas ellas deben ser «significativas», no se pueden agotar en sí mismas, sino que van más allá de sus pretensiones instrumentales dejando traslucir procesos de personalización, humanización y liberación.
Cuando Cáritas actúa no es ella quien lo hace, sino la Iglesia en su conjunto. Nuestro modelo opta porque nuestra acción sea cauce para el desarrollo del compromiso de toda la Iglesia con los pobres.
Nuestro modelo de acción opta por una acción integral, consciente de que cuando actúa sobre una parte está afectando tanto al conjunto de la persona como de las comunidades, de las sociedades y de sus estructuras. Así, la acción social de Cáritas opta por la transformación de manera integral abarcando todas las dimensiones, acompañando personas, animando comunidades y haciendo anuncio y denuncia profética.
Nuestras acciones tienen que surgir de motivaciones claras y estar impregnadas de valores alternativos que permitan traslucir su significado: la construcción de una sociedad inspirada en los valores evangélicos. Todas ellas deben ser «significativas», no se pueden agotar en sí mismas, sino que van más allá de sus pretensiones instrumentales dejando traslucir procesos de personalización, humanización y liberación.
Nuestro modelo de acción opta por una acción integral, consciente de que cuando actúa sobre una parte está afectando tanto al conjunto de la persona como de las comunidades, de las sociedades y de sus estructuras. Así, la acción social de Cáritas opta por la transformación de manera integral abarcando todas las dimensiones, acompañando personas, animando comunidades y haciendo anuncio y denuncia profética.
Atendiendo al Art. 39.6 en relación con el Art. 28.6 de la Ley de Cantabria 1/2018 de 21 de marzo de Transparencia de la Actividad Pública de Cantabria, hacemos constar que:
D. Arturo Pablo Ros Murgadas
La dirección jerárquica de Cáritas Diocesana le corresponde al Obispo de la Diócesis, quien por sí mismo o por su delegado, establecerá los criterios de pensamiento y normas de acción que considere convenientes para el buen funcionamiento de Cáritas y para la inserción de su labor en el conjunto de la pastoral diocesana.
Entre sus funciones se encuentran:
El Consejo General es el órgano ejecutivo de la Asamblea General de Cáritas Diocesana. Todos sus miembros y cargos son designados por un período de tres años.
La Comisión Permanente del Consejo Diocesano ejecuta los acuerdos del Consejo Diocesano, resuelve los asuntos urgentes. Sus reuniones son convocadas por el Director/a de Cáritas Diocesana.
Sonsoles López Huete
Entre sus funciones se encuentran:
Raquel Menéndez Antuña
Después de la II Guerra Mundial, Cáritas sensibilizó sobre la acogida de 20.000 niños abandonados en Austria y Alemania.
Durante mediados de los años 50, gestionó la ayuda social (el famoso Plan Marshall). En 1957 y 1958 se crea la Sección Social de Cáritas, se funda el Centro de Estudios de Sociología Aplicada y se publica la revista Documentación Social.
En 1961 se redacta el Plan de Comunicación Cristiana de Bienes y se crea el primer Plan de acción contra la pobreza. Cáritas introdujo en España métodos de desarrollo comunitario en zonas sin recursos.
En 1980 el paro es la prioridad para Cáritas. En 1984 se organizan las jornadas de Teología de la Caridad, críticas con los cambios económicos de la época.
Durante los años 80, se inauguran residencias para ancianos y centros para madres solteras y drogodependientes.
En 1987 se organiza el primer Congreso Hispano-Latinoamericano de Teología de la Caridad.
En 1991 en materia social se crean casas de acogida para enfermos de Sida. Durante la crisis del 1992-1994, publica el V Informe Foessa.
En 1998 publica Las condiciones de vida de la población pobre en España.
En 1998, Cáritas se une a Manos Unidas, CONFER y Justicia y Paz, para sensibilizar sobre la deuda externa.
La acción de Cáritas está marcada por la crisis económica, que aumenta el trabajo en la acogida y acompañamiento a un número cada vez más elevado de familias.
El Modelo de Acción Social sustenta el ser y el quehacer de Cáritas en el contexto local y global.
Simboliza la unidad entre identidad y acción, muestra el camino para encarnar la Buena Noticia en nuestro tiempo.
Cáritas ha hecho propuestas políticas relativas a la protección social, la salud, la educación o el empleo; dirigidas a reducir el carácter hereditario de la pobreza y su cronificación. Prueba de ello es su trabajo sobre Garantía de Ingresos Mínimos.
Ha puesto de manifiesto a través de la publicación de dos informes quinquenales FOESSA y de la serie anual Análisis y Perspectivas, la existencia de deficiencias estructurales de nuestro modelo.
Ha fomentado la participación de toda la comunidad.
El testimonio y el compromiso activo son la mejor vacuna contra la apatía.