Sensibilización y fraternidad en las actividades de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado
Dios camina con su pueblo
Este año 2024 desde Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara hemos participado en la organización de las actividades con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado y si hay algo de lo que podemos sentirnos orgullosos es del trabajo incansable de tantas personas que se han volcado en estas actividades de sensibilización y fraternidad.
A lo largo de estos días hemos borrado las fronteras, hemos estrechado lazos y hemos ampliado la familia. Comenzamos con el Círculo del Silencio y seguimos con el Café Intercultural donde el diálogo fue el eje central para conectar a las personas y sus historias. Tal ha sido el éxito que entre los participantes se planteó realizar esta actividad una vez al mes, ya que resultó muy esclarecedora para los nuevo y enriquecedora para los que llevan aquí más tiempo.
Una de las actividades más llamativas tuvo lugar el viernes. Se trató de un Desfile Intercultural, donde además de los trajes tradicionales de distintos países, también se prestó atención a la música típica de los países desde donde migran algunos de los participantes. La hermana Scalabriniana María Angélica, contaba que era la primera vez que tenía lugar este desfile y que sirvió para «sensibilizar y visibilizar sobre la riqueza que tienen todos los países». Son ellos, los participantes, los migrantes quienes reciben desde las Cáritas Parroquiales una primera acogida y siempre destacan ese calor que sienten al ser escuchados y atendidos.
El sábado tuvo lugar la Fiestas Intercultural, en la plaza de Santo Domingo de Guadalajara, donde todas las entidades organizadoras (unas veinte) dieron a conocer los procesos de asesoría, las administraciones a las que se debe acudir y todo ello rodeado de un gran ambiente de diversión y alegría. «Hizo que el migrante se sintiera parte de la comunidad», destaca la hermana María Angélica.
Y en este camino donde Dios está al lado del pueblo se celebró el domingo la eucaristía en la concatedral de Santa María, oficiada por el obispo don Julián Ruiz, quien destacó el camino de la esperanza del Sínodo, espacio que siempre debe estar abierto a los migrantes que llegan a Guadalajara. Durante esta misa, el Coro Intercultural demostró lo mucho que está mejorando, el interés de sus participantes y el lugar que cada uno aporta dentro de la iglesia.