Su hogar: Guadalajara
Algunos residentes de Betania han hecho excursiones a Iriépal y al minizoo de Guadalajara programadas dentro de la semana de personas sin hogar 2024
En el corazón de Guadalajara, donde a menudo la prisa y la rutina oscurecen las miradas, hay un refugio que brilla con calidez y esperanza: un proyecto social como es Betania, el centro para personas sin hogar de Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara. Aquí, las puertas están siempre abiertas para que quienes están en un camino de migración lleguen a este espacio, muchas veces con historias de dolor y lucha, pero al cruzar el umbral, encuentren un nuevo comienzo. La acogida es sincera; las sonrisas son un abrazo que les envuelve, y poco a poco, esas caras desconocidas se transforman en compañeros de vida. Cada día es una oportunidad para compartir.
En Betania, la soledad se disipa entre actividades, risas y momentos de apoyo mutuo. Se cocinan comidas que no solo alimentan el cuerpo, sino también el alma. Las charlas a la hora del café se convierten en un ritual de cercanía, donde se comparten sueños, anhelos y risas. Cada pequeño gesto de bondad se transforma en un ladrillo que construye una nueva familia, unida no por la sangre, sino por la empatía.
Es gracias a esa cercanía donde las personas sin hogar que residen en Betania crean lazos y encuentran el bienestar que necesitan para volver a empezar de cero. Por ello, en la semana de la campaña de Cáritas «Nadie sin hogar» de 2024, se han organizado varias excursiones. Y es que el camino se hace con ellos, acompañándoles, enseñándoles y ofreciéndoles una vida digna.
Este martes, la actividad tuvo lugar en Iriépal, mientras que este miércoles la excusión fue al minozoo de Guadalajara. Porque no hace falta irse muy lejos para hacer amigos y conocer un nuevo hogar.