Protagonistas12/07/2023

César y Yolvi: dos testimonios de la inmigración

César es procedente de Colombia, Yolvy de Perú. Hoy, nos cuentan su historia que pasa por momentos comunes como el tener que salir de su tierra, llegar a un país desconocido, verse abrumados de dificultades y como, después del encuentro con Cáritas, empiezan a ilusionarse y a ver luz al final del túnel.

Yolvi, de 24 años, llegó  de Perú hace año y medio a España. Tenía una amiga viviendo en Vigo que le dijo que las cosas estaban bien por aquí, ya que había oportunidades para estudiar y trabajar. Así que se vino con un propósito:  mejorar su calidad de vida y salir adelante formándose y encontrando un trabajo estable.

Por su parte, César Augusto salió de Colombia para venir a España hace 6 años.  Su madre llevaba viviendo en nuestro país hacía casi 20 años, cuando se reencontró con ella, tras 10 años sin verla. 

¿Cómo era vuestra vida antes de veniros a España?

César: Yo soy de una ciudad pequeña allí en Colombia, pero por fortuna y, gracias a mi madre, tuve la oportunidad de ir a la Universidad a una ciudad intermedia y, después, mudarme a la capital, Bogotá.  Siempre trabajé en moda. Comencé vistiendo modelos, pero conseguí ser parte del atelier de diseñadores y trabajar para marcas de diseño. 

Mi madre ha sido una mujer que siempre me ha apoyado en todo momento y empezamos a agilizar los trámites para que pudiera venirme para acá y estar al lado de ella, cuando desarrollé una depresión muy fuerte que hizo que mis expectativas laborales como mi trabajo como profesor de universidad y en el mundo de la moda,  se vinieran abajo. 

Además, se sumaba que soy una persona homosexual y mis expectativas de que en un país europeo pudiese desarrollarme de forma libre, tener más oportunidades y ser útil a la sociedad.

Yolvi: Yo vengo de Lima, que es capital de Perú, que es un sitio donde va mucha gente que son de provincia para poder trabajar, como es mi caso. Aunque hay muchas oportunidades, Lima es un sitio con mucha inseguridad y la calidad de vida no es tan buena como la de aquí. Puedes ganar un sueldo, pero no te alcanza nada más que para comer y para pagar tu vivienda. Yo tenía muchas ganas de estudiar, de salir adelante, y los temas de la educación allí no están tan avanzados como aquí. Fue por estas razones, por las que decidí venir a España. 

Una vez que llegáis a España, ¿Cómo entráis en contacto con Cáritas?

César:  Yo siempre había conocido Cáritas porque en alguna ocasión mi madre me dijo que había solicitado ayuda allí, normalmente para la búsqueda de empleo, por lo que para mí era familiar. 

Yo no había acudido hasta hace un año, cuando mi madre se fue para EEUU con una hermana porque no encontraba trabajo aquí, y al irse, yo pasé una crisis emocional fatal y sin nada en la nevera, decido recurrir a Cáritas. Yo por fortuna poseo la nacionalidad, pero realmente la depresión es una cosa que te ciega ante cualquier beneficio o ante cualquier situación, y ese fue mi mayor obstáculo para poder integrarme a nivel social. Intenté estudiar, empecé un máster y debido a la depresión no la pude terminar. 

Yolvi: cuando llegué aquí no tenía muchos recursos, sin embargo, fui a la Cruz Roja y allí me hablaron de que desde Cáritas ayudaban a la gente que estaba en una situación muy complicada y que ahí le daban la ayuda que necesitaban.

Ahora con el paso del tiempo, cómo definiríais la relación que habéis mantenido con Cáritas y en qué ámbitos os ha ayudado?

César: Mi relación ha sido muy grande, muy fortalecedora y bastante fuerte. Yo vine inicialmente por ayuda alimentaria y fueron mucho más allá, porque he tenido una ayuda increíble con respecto a mi estado emocional. Reconozco que tenía un prejuicio porque siendo Cáritas una fundación cristiana, pensaba que mi condición sexual iba a ser un impedimento, pero no fue así.  Aquí me siento como en casa. 

He tenido apoyo en alimentación, apoyo psicológico y psiquiátrico, además de la derivación a los servicios sociales indicados. Uno de los más relevantes fue la derivación a FEAFES para poder agilizar mi tramitación del reconocimiento de la discapacidad, porque eso me posibilita el poder integrarme mejor a nivel social y el poder acceder a un empleo más protegido para gente con discapacidad como yo. 

Yolvi: Yo, la verdad, cuando vine aquí, estaba muy nervioso porque no sabía muy bien lo que me iba a encontrar y cuando llegué vi que  la gente no te mira de los pies a la cabeza, no le importa de dónde seas y, sin embargo, están predispuestas a ayudar, y eso fue lo que más le gustó porque desde que llegué a España había sentido que mucha gente era reacia a ayudarte porque eres morenito y de color. 

En Cáritas hay disposición para ayudar a la gente. En principio, debido a mi situación económica lo que necesitaba era alimentos y, más adelante, cuando me quedé sin empleo, necesitaba poder pagarme la habitación en la que estaba viviendo y también me ayudaron. Pude entrar en el instituto para formarme y me ayudaron con los materiales para que pudiera cursarlo. 

Y en estos momentos, ¿En qué punto os encontráis? 

César: Yo quiero entrar a estudiar una oposición como auxiliar administrativo. De momento, he dejado el mundo de la moda, porque creo que es más sensato empezar por otra cosa que me permita buscar una estabilidad económica. 

Yolvi: yo estoy muy agradecido con Cáritas porque en el peor momento en el que estaba, no sólo económicamente sino también a nivel emocional, me han brindado su ayuda. Ahora mismo, lo que necesito es seguir teniendo esas ganas de salir adelante, porque al principio no tenía permiso para poder trabajar y por más que buscase trabajo, por ejemplo en restaurante, me decían que no.  Ahora mismo, como tengo permiso para poder trabajar, estoy dando el máximo de mí.  Ahora mismo estoy trabajando y estudiando para poder avanzar.