¿Y ahora qué?
Tras el impacto del Covid 19, Cáritas nos invita a la reflexión a través de un estudio realizado por expertos que ven necesaria una rearticulación en varios ámbitos como la salud, el empleo, la educación o la conciliación.
El 14 de marzo con 4.200 positivos y 120 fallecidos, el Gobierno de España anuncia la entrada en vigor del segundo estado de alarma en la historia de España, después del ya conocido originado en 2010 por la crisis de los controladores aéreos. El 15 de marzo de 2020 a las 00:00 horas, la sociedad se sumergía en un confinamiento domiciliario con restricción de movilidad y con la incertidumbre de no saber cómo ni cuándo acabaría. La causa: un virus del que poco más que su origen se sabía. Llegaba desde China para poner en jaque al mundo.
Escalonadamente, la crisis sanitaria de Covid-19 llegaba a todos los rincones del mundo, continente a continente y país a país. Las limitaciones de movilidad y el confinamiento de los españoles pasó factura a una sociedad ya herida con las secuelas y escollos de la recesión vivida en 2008 y más aún a esa parte de la sociedad que, como ya apuntaba antes de la crisis sanitaria el VIII Informe FOESSA, caminaba al borde del precipicio, abocados a vivir en una situación de exclusión si surgía cualquier imprevisto.
El 21 de junio a las 00:00 horas se levantaba el segundo estado de alarma de la historia de nuestro país por la baja incidencia del virus con 141 casos diagnosticados en las últimas 24 horas y un fallecido, las secuelas de lo vivido ocupa un capítulo aparte que Cáritas pone de manifiesto con un estudio, un análisis de lo acontecido hasta la fecha. Un estudio que nos invita a la reflexión a través de varios expertos que ven necesario una “rearticulación en el ámbito de la salud, el empleo, la educación, la conciliación…)” y propone retos futuros sobre “la desigualdad, la pobreza y la exclusión social, las políticas sociales públicas, la fiscalidad, el cambio climático y la adaptación de nuestro sistema productivo, la evolución de los valores sociales, los retos del tercer sector de acción social, el papel de la Unión Europea, etc.”.
Dos meses después del fin del estado de alarma, España aparentemente se sume de nuevo en lo que no se llama desde el Gobierno “segunda ola” por miedo al término tal vez o por prolongar en el tiempo el reconocimiento de una alerta social que la sociedad golpeada por la primera ola, aún no puede cargar bajo sus hombros.
La sociedad está herida por lo vivido y la incertidumbre asola todos los hogares, los lugares de trabajo, las calles… Preguntas para las que no tienen respuestas aumentando su sentimiento de indefensión con la mirada puesta en presente y un futuro incierto.
La nueva normalidad ha llegado para quedarse fijando una forma distinta de entender la vida con mascarillas, gel desinfectante, lavado constante de manos o distancia social. Para ello se pide la colaboración y responsabilidad de todos, la misma que la sociedad herida necesita de las políticas públicas. Es hora de escuchar, de incentivar la participación de todos y poner en relieve que el diálogo y la verdad son el único método para resolver otra gran crisis, en una sociedad desconfiada, herida, plagada de dudas y desencantada.
Todos, empezando por nuestros gobernantes necesitan ser responsables y buscar las mejores estrategias para paliar esta crisis sanitaria, económica, social y antropológica.