«Nuestra misión como Cáritas, si queremos ser significativos, tiene que ser desde evangelizar y generar espacios de esperanza»
Ignacio Enríquez, es el nuevo director de Cáritas Diocesana de Zamora.
Vinculado a la entidad desde 2001, Enríquez ha desempeñado varios puestos de responsabilidad como la dirección del Centro Regional de Rehabilitación de Alcohólicos (C.R.R.A) o la del Centro de Atención al Drogodependiente (CAD). Enríquez se incorpora a la sede central de Cáritas Diocesana de Zamora en 2013 como miembro del Equipo de Animación Comunitaria. Después en 2016 se constituye el Equipo Directivo de la entidad y entra a formar parte, siendo nombrado Secretario de la entidad, cargos que ha ocupado hasta la actualidad junto con la responsabilidad de la Escuela de Tiempo Libre AZEMUR.
Cáritas es una entidad con una gran impronta en la Diócesis de Zamora, ¿cómo recibe este cometido otorgado por el Obispo de Zamora, D. Fernando Valera?
Con gratitud. Agradezco la confianza depositada y lo afronto, sobre todo, como un desafío nuevo. En Cáritas nos mueve el amor, el corazón es el motor, la persona es el centro, la Iglesia es el marco y la fe es nuestra referencia. Desde ahí es desde donde me marco los retos, desde la misión, la identidad y el adaptarnos a las realidades que van apareciendo en nuestro siglo XXI.
Con un recorrido de más de 20 años de trabajo en Cáritas Diocesana de Zamora, ¿hacia qué nuevos caminos ha tenido que evolucionar la entidad en estos años?
Nos hemos ido adaptando a las necesidades o las realidades del siglo XXI. Queremos incidir en ámbitos como es la identidad o como es el voluntariado o en el tema del empleo porque el dotar a las personas de formación y de educación les puede proporcionar una inserción laboral para cubrir precisamente las necesidades básicas en una familia. No podemos tampoco cerrar los ojos ante las personas que no solo tienen esas necesidades materiales, sino también hacia aquellas personas que no le encuentran sentido a la vida y nuestra misión como Cáritas, si queremos ser significativos, tiene que ser desde evangelizar y generar espacios de esperanza.
A corto plazo, ¿se plantean iniciar nuevos proyectos o ampliar su atención hacia otros colectivos vulnerables? ¿Y a largo plazo?
Por ahora vamos a seguir con todos los programas y proyectos que hay. Hay ideas en la misma dirección de crear, el generar y el tender puentes. Van todas diseñadas primero a un ámbito de formación, a un ámbito también de voluntariado y a un ámbito también de identidad, de visibilización de la entidad en el exterior.
Cáritas cuenta con más de 300 trabajadores y más de 700 voluntarios y colaboradores, ¿qué destacaría del papel que tienen estas personas dentro de la entidad?
Papel de agradecimiento por su compromiso, dedicación y esfuerzo diario. Por mantener un servicio hacia las personas más vulnerables y excluidas de la sociedad. Sin este compromiso de este músculo humano la labor de Cáritas con los más pobres no tendría ningún sentido.
12. 000 personas atendidas y más de 12 millones de euros invertidos en 2023, ¿cómo se afronta una gestión de este calibre?
Las cifras son muy abrumadoras, pero detrás de cada cifra hay una persona y donde nos tenemos que centrar, precisamente, es en algo que siempre nos ha caracterizado la cercanía y el acompañamiento por ellos y para ellos.
Este desafío que se nos presenta queremos que tenga una dimensión transformadora, en las capacidades y posibilidades de cada una de esas personas, con el fin de estar abiertos a la espera